¿Por qué tu organización es un desierto emocional?

Uno de los pioneros que más está trabajando en el análisis y superación de las organizaciones que siguen modelos burocráticos es Gary Hamel. Profesor de Gestión Empresarial en la London School of Economics por más de 30 años, Hamel es uno de los más agudos críticos de las prácticas comunes en las empresas (junto con su colega en el Management Lab Michele Zanini). Su perspectiva es a la vez humana y de negocios, lo que le convierte en una referencia en el campo. Si no lo conocíais, os recomendamos que lo sigáis.

En esta entrada queremos introduciros a su pensamiento a través de un vídeo de siete minutos, titulado Why your organization is an Emotional Deadzone, que traducido significa Por qué tu empresa es un desierto emocional. El vídeo está en inglés, así que para vuestra comodidad resumiremos su contenido en varios puntos, explicados más abajo.

Basicamente, Hamel explica que:

  1. Cada pocos años Gallup hace una gran encuesta sobre la implicación de los empleados, y los resultados son consistentes: sólo 13% de los empleados están realmente implicados en sus empresas. Ese dato muestra cómo a nivel global todas las empresas fallan en el aspecto emocional. Si queremos hacernos una idea de lo malo que este dato, sólo habría que extrapolarlo a un campo como la medicina. ¿Qué pasaría si sólo el 13% de los pacientes a nivel global se curasen? Obviamente, entenderíamos que algo se está haciendo mal.
  2. Hamel pone como contra ejemplo a este dato el caso de Apple y Steve Jobs. Este último siempre explicaba que el éxito de sus productos se debía a la interacción entre tecnología y humanidades. Era el componente humano el que permitía crear productos únicos y absolutamente distintivos. Esta era su ventaja competitiva, carente en todos sus competidores.
  3. Otro análisis traído por Hamel resulta muy interesante: simplemente fijaos en el lenguaje que usan las empresas al referirse a sus procesos. Se refiere todo a eficiencia, productividad, recursos, o recursos humanos. Nadie habla de emociones reales, de alegría o de amor. De los impulsos que nos hacen mejores como humanos, en definitiva.
  4. Un ejemplo contrario a esta realidad es el de WholeFoods, cuyo fundador quiso crear una organización basada en el amor y no en el miedo. El resultado fue una compañía que revolucionó su sector, poniendo a los empleados en el centro y creando nuevos métodos de gestión que poco tienen que ver con aquellos a los que estamos acostumbrados. De hecho, le fue tan bien que acabó siendo adquirida por Amazon.

Gary Hamel entiende que la inmensa mayoría de empresas hoy en día son desiertos emocionales. Y no es de extrañar, porque los métodos de gestión burocráticos, todavía mayoritarios, fueron creados por contables e ingenieros. Fueron efectivos en su momento, pero hoy en día carecen de lo que se necesita para crear empresas que destaquen y prosperen: un foco verdadero en el ser humano.

¿Te ha parecido interesante el vídeo? Déjanos un comentario en esta entrada.

 

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